“Puerto de coral”
Nos complacemos en anunciar el estreno, en Havanafama, de la nueva producción teatral “Puerto de coral”, escrita por Maikel Chávez y dirigida por Juan Roca
En una madrugada cualquiera, a la orilla rutinaria del mar que se hace patio y camino al mismo tiempo, Victoria Real y sus hijas Berta, Úrsula y Ana García Real, juegan el fantasioso ritual de las partidas, los viajes y las mutaciones de sus maltratadas existencias cotidianas y sus sueños de cambios impredecibles. Cada una, distinguida por identidades bien diferenciadas, reencarna en los anhelos no resueltos, en sus deseos pospuestos de felicidad, realización profesional y humana; cada una se dice y se levanta por encima de amargas carencias, en un juego ágil, ingenuo, contagioso, ambivalente, comprometedor y descarnado por las revelaciones que compulsa.
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La sala de una casa de familia en Caibarién, un pueblo pesquero de provincia, sirve de entorno a la mascarada nocturna de las hermanas y su madre. Las campanadas del reloj indican el paso del tiempo imparcial, inconmovible ante las intenciones de las protagonistas. Úrsula, la inconforme maestra de Historia, amante apasionada de Francisco, su negro santero y sensual que le alivia el vivir y le crea nuevas incertidumbres sobre el matrimonio y la felicidad. Ana, la estomatóloga que sólo quiere ser una estrella de cine; frente a las pretensiones de Berta, la hermana contadora, amenazada por las borracheras indiferentes de su marido, parte inevitable de su rutina y estancamiento.
“Puerto de coral”, cuenta con las magníficas actuaciones de Daisy Fontao, Belkis Proenza, Julie De Grandy y Oneysis Valido, bajo la dirección de Juan Roca. La escenografía y ambientación es de Alejandro Galindo y se estará presentando del 7 al 23 de enero de 2011. Viernes y sábado a las 8:30 p.m. y el domingos a las 6:00 pm. Usted podrá disfrutar de este espectáculo en la sala Havanafama Teatro Estudio, situada en el 752 SW 10TH Ave Miami FL 33130.
Entrada general: $15.00 . Domingo cena y espectáculo: $25.00
Para mayor información y reservaciones: 786-319.1716.
El teatro puede ser también un juego en el que la fantasía y lo irreal se articulan con la más cruda y tajante realidad; donde escenas de verdadera comicidad se enlazan, en súbita mutación, con las más tristes y dramáticas situaciones; donde el mensaje que, en el fondo, una situación quiere proyectar, no directo hacia el espectador, sino por la traslación metafórica, por la que nos lleva la sugerencia; donde los elementos simbólicos tienen su propio idioma más allá de la lógica, pero que enriquecen el argumento añadiendo belleza con su mensaje indirecto.
Todo eso, en varias situaciones nos lo ofrece la puesta en escena de la obra “Puerto Coral”, en la que tres mujeres quieren huir de la atmósfera monótona y asfixiante de un
Pequeño pueblo, en este caso Caibarién; obra en la que lo cubano se hace notoria presencia por las canciones criollas de época, que se cantan por los personajes o se oyen con música de conocida tradición. Huir de todo aquello quieren tres mujeres que juegan a partir hacia Barcelona, hacia México, hacia Nueva York. Para inventarse esos mundos, sueltan sus fantasías en juegos oportunos, que escenifican por turnos en un vuelo sin alas, un viaje sin caminos, en espera de abordar un barco que vendrá a recogerlas. Ellas tienen a mano las maletas para el supuesto viaje.
La madre de las tres mujeres aparece al fondo de la escena, y significa lo contrario: el apego a lo local, al pueblo donde vive, la “patria chica” de su Caibarién; y quisiera sujetar a las hijas, en ese dolor de madre que se siente –como ella dice- “cuando los hijos se van”. Esto aparece, con simbólica eficacia, en las sogas que la madre aprieta en sus manos, y que están atadas a las maletas de viaje de sus tres hijas. Y mientras que aquéllas
claman delirantes por otras ciudades del mundo, la madre alza la voz y afirma: ¡Caibarién! En los cuentos que cada una improvisa, como juegos en que se turnan, la fantasía y la realidad a veces se confunden, y a través de sus cuentos asoma la tragedia interna de cada una, al punto de que en ocasiones no se sabe si quieren huir de su pobre ciudad, o si lo que quieren es huir de ellas mismas.
Queda en suspenso la verdadera motivación. Lo más destacado de esta puesta en escena es el montaje que ha hecho el director Juan Roca, dándole un extraordinario movimiento: bailes, canciones, coreografías típicas y alucinantes, con sus transiciones súbitas de la jocosidad a la amargura, del entusiasmo al desencanto, bien coordinadas con la expresión corporal. Bien los actores: Julie De Grandy, es la maestra, temerosa y dubitativa con su esposo; Oneysis Valido, adúltera confesa, en su desgracia cierta; Daisy Fontao, en la madre convencional y conservadora, y Belkis Proenza, en la estomatóloga y artista frustrada, muy destacada y versátil. El empleo de las luces y los sonidos adecuados a cada juego, completan el buen aporte de Puerto de coral.
Crítica de: Ángel Cuadra
Diario Las Américas
ESCENA
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